Presidió la oración de este primer rosario el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado y número dos de Francisco; mañana se celebrará una misa por el Santo Padre en la Iglesia Nacional Argentina de Roma
La movilización para rezar por su pronta recuperación va creciendo con el pasar de los días en toda Italia y en la noche de este lunes incluso comenzó una maratón de oración del Santo Rosario en la Plaza de San Pedro, que se irá repitiendo todas las noches a las 21 locales.
Por iniciativa del Vaticano, fueron convocados todos los cardenales residentes en Roma, así como colaboradores de la curia romana y la diócesis de la capital, "interpretando los sentimientos del pueblo de Dios" a rezar un rosario todos los días, a partir de este lunes. En un escenario sobrecogedor, con la Plaza de San Pedro iluminada en medio de la oscuridad y con la silla vacía del Papa sobre el sagrato, presidió la oración de este primer rosario el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado y número dos de Francisco, de 70 años y considerado uno de los "papabili".
"Es una forma de manifestar la cercanía al Papa y a todos los enfermos y no quiere decir que se hayan agravado las condiciones de salud", aclararon en el Vaticano. Muchos recuerdan, en efecto, que durante la agonía de Juan Pablo II, a fines de marzo de 2005, también muchísimos fieles se reunían en la plaza de San Pedro, símbolo de la cristiandad, adyacente al Palacio Apostólico -donde se encontraba el departamento del papa polaco-, para rezar el rosario.
En una noche fría y húmeda, muchísima gente -muchos jóvenes, familias, religiosos, seminaristas-, recogidos en un clima de devoción, oraron por la salud del papa del fin del mundo, en silencio y en medio de centenares de reporteros de todo el mundo. En primera fila se destacaba la presencia de altos prelados cuestionados y que fueron noticia, como el cardenal Angelo Becciu -a quien el Papa le quitó el derecho a entrar a un eventual cónclave y condenado en primer grado por escándalos de corrupción- y el cardenal ultratradicionalista norteamericano Raymond Leo Burke, punta de lanza de una oposición pequeña pero muy ruidosa.
"Nosotros, en verdad, estamos rezando desde el viernes 14, el día de la internación, rezamos rosarios todas las tardes, además pusimos un cuaderno para que la gente pueda dejarle mensaje al Papa y ahora estamos invitando a todos los argentinos que viven en Roma a la misa con el cardenal Reina", contó a La NACION el sacerdote Laguna. "Así estamos... Rezando, preocupados por la salud del Papa y con la esperanza puesta en Dios y con esa serenidad en la fe santa que aprendimos de Francisco", agregó.
La Iglesia Nacional Argentina, que pertenece a la Conferencia Episcopal nacional, suele ser un lugar de encuentro de la comunidad argentina católica, que queda en la también llamada Piazza Buenos Aires. Todos los primeros domingos del mes, se celebra allí una misa en castellano y el Colegio Sacerdotal argentino, que queda al lado del templo, ofrece generosamente luego empanadas y vino a los fieles.