Ron Desantis, gobernador de Florida y principal rival del exmandatario estadounidense; Tim Scott, senador de Carolina del Sur; Nikki Haley, gobernadora del mismo estado; Vivek Ramaswamy, empresario de biotecnología; Chris Christie, exgobernador de Nueva Jersey; Doug BurgumBurgum, gobernador de Dakota del Norte, y Mike Pence, vicepresidente de Trump, cumplieron con las exigencias para asistir al de
Donald Trump no participará en el debate que se llevará a cabo este miércoles entre aspirantes a la candidatura presidencial republicana. Pero el expresidente está impulsando la conversación dentro y fuera del escenario del debate de todos modos.
Otros ocho candidatos cumplieron con los requisitos de donaciones y encuestas para estar en el escenario, de acuerdo con el Comité Nacional Republicano. Para los que no lo hicieron, perderse el debate podría ser un momento decisivo en sus campañas.
El locutor de radio conservador Larry Elder ha dicho que planea demandar al CNR por haber sido excluido, a pesar de lo que, afirma, son pruebas de que cubría los requisitos para el debate. Tampoco estaba claro qué haría el alcalde de Miami, Francis Suárez, tras sus comentarios en la Feria Estatal de Iowa de que podría abandonar la contienda si no pasaba el corte.
Para calificar para el debate del 23 de agosto, los aspirantes debían cumplir con los requisitos de encuestas y donantes establecidos por el CNR, a decir: Tener al menos 1% de apoyo en tres encuestas nacionales importantes o una combinación de encuestas nacionales y estatales anticipadas consideradas aceptables por el comité, entre el 1 de julio y 21 de agosto, así como un mínimo de 40.000 donantes, con al menos 200 en 20 o más estados.
Los candidatos también debían firmar una declaración en la que se comprometen a no participar en ningún debate que no sea auspiciado por el partido al menos 48 horas antes del debate del miércoles por la noche, según los criterios del comité, que también exigía a los participantes comprometerse por escrito a apoyar al eventual candidato del partido.
Ron Desantis
El gobernador de Florida es considerado desde hace tiempo como el principal rival de Trump, y terminó en un distante segundo lugar en una serie de encuestas en estados de votación anticipada, así como en sondeos nacionales, además de recaudar una cantidad impresionante de dinero.
Pero en las últimas semanas, la campaña de DeSantis ha batallado para estar al nivel de las expectativas que generó cuando entró en la contienda. Despidió a más de un tercio de su personal en momentos en que informes presentados ante autoridades federales mostraban que su campaña estaba gastando dinero a un ritmo insostenible.
Si Trump se ausenta, DeSantis podría ser el objetivo principal de las críticas de sus rivales en el escenario del debate.
De acuerdo con personas familiarizadas con los planes de DeSantis que pidieron hablar bajo condición de anonimato para discutir su estrategia, la campaña lo está preparando para un incesante aluvión de ataques.
Tim Scott
El senador de Carolina del Sur ha estado buscando un momento de inflexión, y el primer debate podría ser su oportunidad.
Scott, un prolífico recaudador de fondos, inicia el verano boreal con 21 millones de dólares en efectivo disponibles.
En una encuesta aprobada para el debate en Iowa, Scott tuvo cifras de doble dígito, junto con Trump y DeSantis. El senador ha centrado gran parte de los recursos de su campaña en el estado de votación inicial del Partido Republicano, que está dominado por un electorado evangélico blanco.
Tras el debate, Scott empezará a llevar a cabo actos de campaña en los estados de Nueva Hampshire, Iowa y Carolina del Sur, donde tiene previstas cuatro paradas el próximo lunes.
Nikki Haley
La candidata se ha enfocado en eventos de campaña en los estados de votación temprana, apelando a las multitudes a través de sus éxitos electorales, como derrocar a un eterno legislador de Carolina del Sur para luego convertirse en la primera mujer y la primera persona de una minoría étnica del país en gobernar el estado. Haley, que también se desempeñó como embajadora de Trump en la ONU durante aproximadamente dos años, subraya con frecuencia su experiencia internacional y la amenaza que representa China para Estados Unidos.
Haley, la única mujer en la contienda republicana, ha dicho que los estudiantes transgénero que compiten en los deportes representan “el problema central de la mujer actual”, y ha sido elogiada por un importante grupo antiaborto, que la calificó como “dotada de manera única para comunicarse desde la perspectiva provida de una mujer”.
Ingresó a la contienda en febrero y ha recaudado 15,6 millones de dólares. No mencionó sus planes de emprender un ataque mientras hablaba con los periodistas en Iowa a principios de mes, pero Haley sí explicó por qué se presentó en la feria estatal con una camiseta en la que se leía: “Me subestimas, eso será divertido”.
Vivek Ramaswamy
El empresario de biotecnología y autor del libro “Woke, Inc.: Inside Corporate America’s Social Justice Scam” es uno de los favoritos de la audiencia en eventos con múltiples candidatos y obtuvo buenos resultados en las encuestas a pesar de no ser conocido a nivel nacional cuando ingresó a la contienda.
El equipo de campaña de Ramaswamy afirma que alcanzó el umbral de donantes a principios de este año. Recientemente lanzó su programa de recaudación “Vivek’s Kitchen Cabinet” a fin de impulsar aún más el número de donantes al permitir que los recaudadores de fondos se queden con el 10% de lo que aportan a su campaña.
Ramaswamy, que tiene una apretada agenda de campaña, no ha hecho prácticamente ninguna preparación formal para el debate, según un asesor de alto nivel que pidió hablar bajo condición de anonimato para discutir la estrategia de la campaña. El asesor dijo que pasará el día previo al debate jugando tenis y pasando tiempo con su familia.
Chris Christie
El exgobernador de Nueva Jersey arrancó su campaña presentándose como el único candidato listo para enfrentar a Trump. Christie instó al expresidente a “aparecer en los debates y defender su trayectoria”, y dijo que si no se presentaba era “un cobarde”.