Trump aseguró que espera que Estados Unidos "tome el control" y "sea dueño" de la Franja de Gaza, y reiteró que los palestinos no tienen otra opción que irse.
Donald Trump sorprendió con una declaración que sacudió el tablero político. Durante una conferencia en la Casa Blanca tras reunirse con Benjamín Netanyahu, afirmó que espera que Estados Unidos "tome el control" y "sea dueño" de la Franja de Gaza. Además, reiteró que los palestinos "no tienen otra opción que irse" tras la devastación del territorio por la guerra.
"Gaza es un montón de escombros. Si tuvieran la oportunidad de mudarse, estarían encantados de vivir en un lugar mejor, con bonitas fronteras", aseguró desde el Despacho Oval. También describió la situación como insostenible: "No queda prácticamente un edificio en pie. Es peligroso, los edificios se derrumban y los disparos continúan. Va a seguir así por un tiempo".
Las palabras de Trump generaron una rápida respuesta en la política israelí. El ministro ultranacionalista Itamar Ben Gvir, en un guiño a la película Casablanca, publicó en X: "Donald, esto parece el comienzo de una hermosa amistad".
Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas y defensor de la expansión de asentamientos en Cisjordania, también reaccionó con entusiasmo. Citó un salmo bíblico y agradeció a Trump, asegurando que "lo mejor está por venir".
Desde la oposición, Benny Gantz, líder de Unidad Nacional, consideró las declaraciones de Trump como "creativas e interesantes", aunque insistió en que la prioridad es recuperar a los rehenes israelíes en Gaza. Yair Lapid, jefe de la oposición, pidió analizar en detalle el plan estadounidense antes de pronunciarse, pero adelantó que presentará una propuesta alternativa a Washington en su próxima visita.
Las declaraciones de Trump avivan el debate sobre el futuro de Gaza y el rol de Estados Unidos en la región. ¿Será solo retórica de campaña o el inicio de un nuevo enfoque? El tiempo lo dirá.