Cientos de personas esperan ser rescatadas. Se suspendió el servicio de trenes en la provincia y hay carreteras cortadas en distintas ciudades.
Las inundaciones causadas por la dana en Valencia, España, dejaron de forma provisional una cifra de víctimas mortales que se elevó ya a 104 personas. También se han registrado víctimas mortales en Cuenca y se buscan desaparecidos en Albacete.
La provincia española amaneció con carreteras colapsadas, personas pendientes de rescatar e innumerables daños materiales en múltiples puntos, arrasados por el paso de la dana.
Las lluvias torrenciales han arrasado localidades como Paiporta, a 10 kilómetros de Valencia, donde se han reportado más de 40 muertes. La magnitud del desastre es tal que muchos pueblos han quedado prácticamente destruidos.
Durante la noche rescataron a 200 personas con medios terrestres. Sigue habiendo varios centenares de personas atrapadas, en la autovías A-3 y la A-5.
Hay decenas de personas desaparecidas e incomunicadas. Afortunadamente, el consulado argentino en Valencia confirmó que no hay argentinos reportados entre las víctimas mortales.
El fenómeno meteorológico causó precipitaciones extremas, superando los 100 milímetros en solo seis horas, lo que representa "las peores lluvias en 100 años".
La Cruz Roja ha instado a la población a permanecer en casa, enfatizando que la solidaridad no debe llevar a las personas a salir a la calle, lo que podría agravar la situación. La portavoz de la organización declaró: "Lo más operativo es quedarnos todos en casa", mientras las lluvias continúan y las condiciones empeoran.
El Gobierno español ha decretado tres días de luto oficial, lo que implica el cierre de escuelas y muchas empresas, incluyendo grandes supermercados.
Además, la situación se complica con la falta de agua potable y electricidad en varias áreas afectadas. La combinación de la temperatura del mar, que supera los 21°, con las intensas lluvias generaron una situación devastadora. La alerta fue tan tardía que muchos ciudadanos quedaron atrapados en fábricas, oficinas y otros lugares sin poder prever la magnitud de la tormenta.