La entidad vitivinícola se suma a las voces criticas a la desregulación del INV. Advierte riesgos para la trazabilidad, los controles y las condiciones laborales.
La redefinición de las funciones del INV, que ahora se centra únicamente en la inspección de productos finales embotellados, ha generado preocupación. FOEVA argumenta que abandonar la supervisión histórica de viñedos, cosechas, producción y embotellado elimina la trazabilidad. Según Daniel Romero, Secretario de Prensa de FOEVA, sin la supervisión de todo el proceso, se desconocerá el origen, los métodos y las condiciones laborales de las uvas.
Otros cambios incluyen que las certificaciones de origen, añada y variedad sean opcionales, lo que podría afectar los registros de producción y la precisión de los datos. El INV tampoco preaprobará más las etiquetas, y el contenido mínimo anual de alcohol está desregulado.
Si bien el gobierno afirma que estos cambios modernizan las operaciones al reducir la burocracia y adoptar la digitalización, FOEVA teme que la eliminación de las inspecciones in situ sin controles suplementarios pueda aumentar la informalidad y la evasión, perjudicando tanto a los trabajadores como a la transparencia de la industria.
Las partes interesadas se preocupan por el posible impacto en la industria del vino, en particular con respecto al debilitamiento de la supervisión laboral en una industria estacional. La pérdida de trazabilidad también podría dañar la competitividad del vino argentino en los mercados internacionales, donde la verificación de origen y calidad es cada vez más crucial.
FOEVA destaca la posible interrupción del Acuerdo de Responsabilidad Colectiva, que se basa en registros precisos de la cosecha. El debilitamiento de los controles en las etapas iniciales de la producción podría poner en peligro este sistema, afectando las contribuciones y los derechos laborales.
El nuevo marco regulatorio contradice el argumento anterior del sector de que el vino debería considerarse un producto alimenticio, ya que elimina las salvaguardias que garantizan la calidad, la seguridad y la trazabilidad.
Este cambio promete un debate robusto entre el gobierno, los trabajadores y las bodegas con respecto al futuro papel del INV en la supervisión de la industria del vino. FOEVA sostiene que la Resolución 37/2025 plantea riesgos estructurales que podrían afectar negativamente las condiciones laborales y la reputación internacional del vino argentino.