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Los detalles del acuerdo con el FMI: déficit, pagos y sin reforma laboral

Una vez alcanzado el acuerdo por el sendero fiscal, el Gobierno negocia ahora con el FMI que los desembolsos sean mayores que los vencimientos. También hay acuerdo sobre otros puntos.

Viernes, 28 de Enero de 2022
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Una vez alcanzado el acuerdo por el sendero fiscal, el Gobierno negocia ahora con el FMI que los desembolsos sean mayores que los vencimientos. También hay acuerdo sobre otros puntos.

El Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI) finalmente llegaron a un entendimiento por la deuda. Una vez alcanzado el acuerdo por el sendero fiscal, el Gobierno negocia ahora con el FMI que los desembolsos sean mayores que los vencimientos.

En esa lí­nea, los negociadores argentinos le pidieron al organismo que del total del monto a desembolsar, el 70% de esos recursos sean inyectados en la Argentina en los próximos 12 meses. De esa forma, se cubrirí­an los pagos hasta septiembre del 2023.

Tras una jornada de deliberaciones, los principales funcionarios del Gobierno continuaban en los despachos oficiales durante la madrugada. A última hora del jueves, el ministro de Economí­a, Martí­n Guzmán, se reunió con el presidente Alberto Fernández en Casa Rosada y le presentó el detalle de los avances conseguidos hasta el momento en el plano técnico. Con esa información, el Gobierno decidió que se efectivizarí­a el pago de los cerca de u$s730 millones que expiran hoy en función de la inminencia o no de un entendimiento.

Ante una consulta de ímbito, fuentes cercanas al frente negociador argentino señalaron que se habí­a llegado a un acuerdo, si bien aún restaban por delinear muchos detalles. Guzmán, a su vez, publicó en Instagram una foto junto a Sergio Chodos (representante en el directorio del organismo) en su despacho, acompañada de la frase "seguimos trabajando"

Al mismo tiempo, fuentes oficiales dejaban trascender que hubo avances en los incontables intercambios realizados ayer entre Buenos Aires y Washington. Esta mañana el FMI harí­a un anuncio sobre la negociación.

Detalles

El número clave hasta ayer era 2026. Es el año en el que el Gobierno querí­a comprometerse a llegar al déficit cero. Los últimos detalles de lo propuesto por la Casa Rosada eran: un déficit de 2,5% del PBI para 2022 y, a partir de allí­, una secuencia del 2% para 2023, 1% para 2024, 0,5% para 2025 y recién un déficit cero en 2026.

El dato más importante no era la divergencia con respecto al año y plazo en el cual el FMI está pidiendo llegar al déficit cero al paí­s. Lo más relevante era el tamaño del ajuste gradual que pide el Fondo. El tándem Luis Cubeddu-Julie Kozack parecí­a diferir bastante de la propuesta de Guzmán.

Por ejemplo, le reclamaba un recorte más importante para este año, para llegar a los 2 puntos de déficit: es decir, le pedí­a 0,5 puntos porcentuales adicionales de recorte, lo que obligarí­a a mayores sacrificios. Para 2023, el FMI solicitaba que el déficit sea el equivalente a 1,4% del PBI. A partir de 2024, exigí­a un recorte de 0,9 puntos.

Como se dijo, el Gobierno argentino querí­a un recorte de 0,5 puntos porcentuales entre el 2022 y 2023 que afecte lo menos posible a la disponibilidad de recursos para lo que resta del mandato; ofrecí­a, en cambio, un déficit de 1 punto porcentual del producto en 2024 y luego adoptaba la misma secuencia previa de un recorte anual de medio punto porcentual.

Está claro que Alberto Fernández quiere despejar de exigencias fiscales por parte del FMI lo que queda de su mandato. De todas formas, eso implicarí­a un recorte gradual, más suave que lo abrupto del FMI. Por otro lado, se aprovecharía el impulso del resultado electoral para que, en 2024, el gobierno electo pueda avanzar con los recortes en su primer año.

Mientras tanto, el pago que debe realizarse hoy por u$s731 millones deberí­a ser confirmado por el Gobierno durante la mañana. Según habí­a trascendido, sólo se iba a realizar ese desembolso si, de máxima, el Gobierno lograba que el FMI se acercase lo más posible a la propuesta de Guzmán o, en todo caso, si el Gobierno lograba avanzar lo suficiente como para abrir una nueva fase de la negociación con algunas garantí­as en el haber.

Es decir que la confirmación del pago dependí­a de una sutil percepción: si todo el Gobierno consideraba que la negociación ha dado algún fruto, con el compromiso de seguir el diálogo y respetar lo pactado hasta ese punto. Claro está que no sólo la Casa Rosada y el Palacio de Hacienda debí­an corroborar esa apreciación de avance real -muchas veces subjetiva- en función de la aversión a la ruptura negociadora.

Sabido es que el Presidente ha sido partidario en las últimas horas de blindar la negociación y despejar el escenario de cualquier declaración pesimista a diferencia de la vicepresidenta que, desde Honduras, cargó duro contra los organismos multilaterales.

Al menos dos fuentes de Gobierno que participan de las conversaciones con el FMI señalaban, a comienzos de la jornada de ayer, que se habí­an logrado avanzar lo que remití­a a la posibilidad de que la Argentina mantenga su autonomí­a para definir su polí­tica fiscal en los próximos dos años. Serí­a entonces un acuerdo de Facilidades Extendidas sin el compromiso de reformas estructurales en el corto plazo.

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