Los intercambios datan de las últimas semanas, cuando la ex primera dama decidió no denunciar a su expareja; y luego, cuando cambió de opinión y avanzó con la causa
Los mensajes revelan otras agresiones no narradas hasta ahora, como por ejemplo en una ocasión en la que ella le dice que él la golpeó en el pómulo y en la mandíbula con el teléfono celular.
La evidencia, que está a buen resguardo en Madrid, es parte de una presentación que está armando la abogada Mariana Gallego para sumar a la causa nuevos elementos contra el expresidente, anticiparon a LA NACION fuentes con acceso al expediente.
En la serie de mensajes que le envió el 6 de agosto, el día en que se impuso la restricción de contacto físico y digital, el expresidente le reclamó a su exmujer por la versión de que Francisco, el hijo de ambos, en realidad no era del expresidente: “¿Tenés algo para decir de esto?”, le escribe.
En otra serie de chats entre ambos, Alberto Fernández le menciona a Yañez que quiere ponerle fin al problema que se originó con la denuncia de ella. Y le promete que si solucionan el asunto “nada va faltarle”. Y ahí es cuando el sugiere la posibilidad de un acuerdo que se selle mediante un comunicado conjunto, que lleve la firma de ambos.
Esa sugerencia se dio luego de que Clarín publicó el 4 de agosto pasado que existían estos chats y fotos, pero cuando la causa estaba archivada. Fabiola Yáñez lo pensó dos días y finalmente se presentó ante el juez Julián Ercolini para desarchivarla e instar la acción penal contra Alberto Fernández. En los mensajes no queda claro por qué ella pasó de dialogar con su exesposo sobre un posible entendimiento a avanzar judicialmente contra él.
El texto de ese comunicado, que nunca vio la luz porque Yañez no lo firmó, dice que hubo discusiones pero nunca agresiones físicas, allí culpan a los medios y a las redes sociales por la situación de desgaste que vivió la pareja. Además, niegan fotos y chats que alimentaron la acusación.
En ese intercambio Alberto Fernández le dice a Fabiola que atienda a su abogado Juan Pablo Fioribello, a quien Yañez no le tomaba las llamadas. Cuando finalmente hablan, Fioribello busca convencerla de aceptar un acuerdo, según la propia Fabiola le dice al expresidente. Pero esa convicción le duró poco.
Yañez le reclama en todo el intercambio, antes de que estallara el escándalo, que Alberto Fernández la ayude, le dice que necesita trabajar y le reprocha que mintió por él para evitar una denuncia de corrupción, sobre la que no aporta mayores datos.
Incluso le reprocha sus infidelidades, que Alberto Fernández admite y dice que no sabe cómo manejarlas. Pero las discusiones son constantes y el expresidente llega a acusar a Yañez de extorsionarlo. Ella le dice que siempre lo cuidó y que él, por el contrario, la “enterró en vida”.
El verbo es casual y Alberto Fernández juega con la idea de la muerte y se lo manifiesta a Yañez en una especie de chantaje emocional, que ella rechaza y califica como una actitud propia de un “psicópata”.
En la nueva tanda de chats que Yañez está dispuesta a presentar en la causa, aparecen también sus diálogos con la exministra de Mujeres, Géneros y Diversidad Ayelén Mazzina, quien la contactó tras la publicación de la primera nota sobre la violencia de género y de que Fabiola dejara trascender que ella no la había ayudado en su momento. La exfuncionaria le recuerda que en un viaje a Misiones le había dicho que tenía algo para contarle, pero que nunca lo había hecho, porque siempre había gente adelante.
Como consecuencia de la declaración de Yañez, el fiscal Ramiro González citó a los primeros tres testigos a declarar en la causa: para el 22 de agosto fueron convocadas la exsecretaria María Cantero y la periodista Alicia Barrios, en tanto que para el 26 de agosto fue citado Daniel Rodríguez, quien se desempeñó como intendente de la quinta de Olivos entre 2019 y 2023.
Habrá que ver, ahora, si la presentación de la nueva tanda de chats entre Yañez y Fernández, que aportará la ex primera dama al expediente, deriva en la citación de otras personas a declarar, por caso a la exministra Mazzina, que insiste en afirmar que ella no tuvo conocimiento de los presuntos ataques del expresidente a Fabiola.