Las circunstancias que rodean la cumbre del viernes favorecen enormemente a Moscú, lo que explica el entusiasmo de Putin tras meses de negociaciones falsas. Un acuerdo bilateral perjudicial para Ucrania parece probable. Putin busca obtener ganancias sin conflicto, encontrando una audiencia receptiva en Witkoff, quien ha demostrado previamente una comprensión indulgente de la soberanía ucraniana. 

La propuesta de Witkoff probablemente implique la cesión de territorio, particularmente alrededor de Pokrovsk y Kostiantynivka, que Rusia está a punto de cercar. Kyiv podría ceder estas ciudades para conservar fuerzas, pero las ciudades restantes de Donetsk, como Kramatorsk y Sloviansk, plantean un desafío mayor, con miles de civiles presentes.

La negativa de Zelensky a ceder territorio refleja su dilema: gestionar la moral militar y la desconfianza ucraniana ante los constantes bombardeos rusos. El potencial "intercambio" al que aludió Trump podría generar solo pequeñas franjas fronterizas en Sumy y Kharkiv. Un alto el fuego es el objetivo principal, pero es poco probable que Putin, que durante mucho tiempo ha descartado los altos el fuego inmediatos como poco prácticos, cambie su postura ahora que sus tropas dominan el frente oriental.

Europa teme repetir el apaciguamiento de Chamberlain a la Alemania nazi, reconociendo la inutilidad de los acuerdos con un Kremlin que explota las pausas para reagruparse. El objetivo de Putin sigue siendo constante: una Ucrania subyugada u ocupada y un reinicio estratégico con Estados Unidos que abandone a Kyiv. Su asesor incluso sugirió Alaska como un lugar para la cooperación económica entre Estados Unidos y Rusia e insinuó una cumbre en Rusia.

Una buena relación entre Trump y Putin podría llevar a la tolerancia estadounidense de reuniones a nivel técnico, lo que podría presentar a Kyiv una propuesta de intercambio de tierras favorecida por Moscú, respaldada por los conocidos ultimátums de ayuda a cambio de aceptación. Esto podría desencadenar la intervención de Macron, pero en última instancia, Putin necesita más tiempo para conquistar y está a punto de conseguirlo.

Han surgido dos nuevos factores desde la última vez que Trump se vio arrastrado a la órbita de Rusia: En primer lugar, India y China, posiblemente preocupados por los riesgos de las importaciones de energía debido a las sanciones secundarias, pueden haber instado a Putin a reunirse con Trump o mostrar un compromiso diplomático. En segundo lugar, Trump afirma que su visión de Putin ha evolucionado, utilizando términos como "decepcionado" y "repugnante". Si bien Trump puede evitar dañar realmente a Moscú, las amenazas y los plazos se ignoran, y está rodeado de aliados que le recuerdan errores pasados.

Si bien son posibles resultados positivos, el escenario está preparado para un panorama sombrío. Putin no enfrenta consecuencias por las amenazas de sanciones, sus fuerzas están ganando terreno y se ha asegurado una invitación de Estados Unidos para discutir la paz en Ucrania sin Ucrania, lo que podría ganar territorio sin luchar. Esto es antes de que Putin ejerza su influencia persuasiva sobre Trump. A pesar de los días que quedan hasta el viernes, una lenta derrota para Kyiv ya parece inevitable.