En la segunda práctica para el GP de Bahrein, el piloto español sufrió un inconveniente muy poco común... Y peligroso.
Las prácticas para el Gran Premio de Bahrein de la Fórmula 1 comenzaron con un gran sobresalto para Fernando Alonso. El piloto español vivió una situación insólita cuando transitaba su primer giro del fin de semana en el circuito de Sahkir, cuando el volante de su Aston Martin AMR25 se desprendió por completo de la columna de dirección, dejándolo sin control sobre el monoplaza y obligándolo a salirse del trazado.
El incidente obligó a una intervención inmediata del equipo, que procedió a retirar toda la pieza tras detectar una falla en el sistema de doble anclaje encargado de fijar el mando en su posición. Mientras los mecánicos trabajaban a contrarreloj ocultos tras un improvisado muro humano, se acercó el delegado técnico de la FIA, Jo Bauer, para supervisar.
Antes del episodio, el asturiano había notado una anomalía en el comportamiento del auto, por lo que decidió reducir la velocidad al ingresar al segundo sector. Esa decisión evitó que la pérdida del control terminara en un accidente más grave. No pasó de ser un gran susto.
Una vez solucionado el problema técnico, Alonso logró regresar al asfalto, aunque ya había perdido buena parte del tiempo disponible para probar. En la TV quedó la sorpresiva imagen del volante suelto en manos de Alonso, que intentaba volver a colocarlo en su lugar mientras el desconcierto en el box verde era total.
Fuente: TyC Sports