La Sala de Prensa indicó que lentamente está retomando algunas citas; aún no hay indicaciones sobre qué pasará con la Semana Santa: "Veremos momento por momento, un poco como fue el domingo".
"Desde el punto de vista médico la situación es estacionaria con leves mejoras cuyos frutos hemos visto el domingo, tanto en la parte motriz como en la voz y dentro de la convalecencia lentamente está retomando algunas citas", dijo Bruni, que aludió al mejor estado que ostentó el papa Francisco, de 88 años, el domingo, en su primera aparición pública desde su salida del hospital Gemelli, el 23 de marzo pasado.
Después de 38 días de una internación muy dura -en la que dos veces estuvo al borde de la muerte debido a una neumonía bilateral-, y dos semanas de "clausura" en su casa de Santa Marta, el Papa apareció decididamente en mejor forma: más delgado, con el rostro deshinchado, más que alerta al indicar a sus colaboradores por dónde llevarlo en medio de los fieles y sonriente, evidentemente feliz por ese regreso del pastor junto a su grey. Gracias a los ejercicios de rehabilitación que está haciendo, también pudo demostrar que mejoró su voz, debilitada por el uso de oxigenación de altos flujos. "Feliz domingo a todos y gracias", dijo Francisco, que fue aclamado por la multitud y que incluso saludó a algunas personas, estrechando manos.
Aunque muchos pensaron que el Papa, en esa inesperada primera salida al aire libre estaba transgrediendo las órdenes dadas por sus médicos, que le prescribieron "al menos" dos meses de convalecencia y evitar encuentros grupales, en verdad no desobedeció.
"El Papa siempre se mueve en el ámbito de las sugerencias de los médicos. El Papa sigue su convalecencia según la prescripción de los médicos", aseguró Bruni, ante preguntas al respecto.
En una entrevista con el TG1, el principal noticiero de la RAI, el cirujano Sergio Alfieri, que operó dos veces al Papa de colon y que en la última internación se transformó en el virtual "vocero" y encargado por el propio Jorge Bergoglio de describir con transparencia la situación, hizo entender que también estaba al tanto de la sorpresa dada por su paciente ilustre.
"El Papa ya no está enfermo. Cuando estaba hospitalizado tenía el sistema inmunitario deprimido y por eso tenía problemas. Ahora ya no está inmunodeprimido, ya no está enfermo. Está convaleciente. Solo lleva dos semanas. Esperemos que respete las otras seis", dijo Alfieri, que reconoció que fue el Papa quien tomó la decisión de reaparecer en público.
"Él ha hecho esta sorpresa para demostrar que no sólo ha regresado a su casa, Santa Marta, sino con su pueblo, en medio de la gente. Él no esconde su fragilidad, para demostrar que algunas veces necesita durante más tiempo estas cánulas con baja dosis de oxígeno", dijo el cirujano, que destacó que "la fase peor de la pulmonía ya ha sido superada, pero sigue la terapia que le hemos prescrito en el Gemelli".
"Él decide. Si fuera por él, habría salido hace una semana", también comentó. Y no excluyó "nuevas sorpresas".
"Lo conocemos. Ahora que ha salido, cuando se den las condiciones, poco a poco irá recuperandose. Ahora comenzará un tira y afloja entre él que quiere cada vez más estar en medio de la gente y los médicos, que no es que queramos bloquearlo, pero sí que observe la convalecencia", añadió.
En línea con lo anterior, en su reunión bisemanal con periodistas Bruni precisó que la actividad papal sigue justamente enmarcada en el proceso de convalecencia.
"El Papa está de buen humor y sigue con su fisioterapia motora y respiratoria, con su terapia farmacológica, sigue trabajando, recibe documentación de diversos dicasterios, y hace algunos llamados telefónicos, como, por ejemplo, a la parroquia de Gaza [donde se encuentra el padre argentino Gabriel Romanelli]. Y lentamente, va retomando progresivamente algunos encuentros, como el de ayer con el cardenal Parolin, en el marco de las citas de rutina", indicó.
"El tipo de oxigenación es el mismo: altos flujos durante las horas nocturnas y sólo cuándo lo requiere. Concelebra misa todos los días, dedica buena parte de la mañana a la fisioterapia y el resto de la jornada a la oración, al trabajo y a la lectura de textos y documentos", detalló, al admitir que, si bien sigue "la infección" pulmonar sigue presente, según los últimos análisis y radiografías, está "en regresión".
Más allá de las mejores noticias, la situación sigue siendo fluida e impredecible. De hecho, Bruni adelantó que aún "no hay indicaciones" sobre qué pasará durante la inminente Semana Santa, que comenzará el domingo próximo con la Misa de Ramos. "Habrá que ver momento a momento, porque depende de cómo avanza la convalecencia. Veremos momento por momento, un poco como fue el domingo", dijo. "Cuando un paciente tiene 88 años y sufrió una infección pulmonar, hay que ver la situación del día, y ver cómo se siente el paciente. La convalecencia es un momento de atención", insistió, dejando entender que, pase lo que pase, la participación del Papa será distinta y limitada a cómo se siente y, también, a la situación meteorológica. El domingo pasado, por ejemplo, el clima era ideal: cálido y soleado.
No será la primera vez que se vive en el Vaticano una Semana Santa marcada "por una situación problemática de salud", indicó, finalmente, Bruni. Aludió a la Semana Santa de 2005, marcada a fuego por la ausencia de Juan Pablo II (1978-2005), que ya estaba muy mal y que falleció días después. A la de 2023, cuando el papa Francisco justo había sido dado de alta después de una breve internación en el Gemelli por otra infección pulmonar de la que se recuperó en forma extraordinaria, pero que debió por ejemplo ser reemplazado en la celebración del domingo de Ramos por su compatriota, el cardenal Leonardo Sandri, vicedecano del Colegio Cardenalicio. Y a la del año pasado, cuando, debido a un fuerte resfrío, el papa Francisco a último momento se ausentó del tradicional Vía Crucis en el Coliseo para no exponerse al frío de la noche.