El cofundador de Microsoft explica en su autobiografía que pensaba que podría "impresionar a algunas chicas" si fumaba cannabis.
En el libro también recoge otro recuerdo romántico de juventud, cuando se armó de valor para invitar a una chica a un baile de graduación y decidió contarle que había usado los dedos de los pies para marcar su número de teléfono. "Mi invitación a salir fue algo muy ambicioso, sabía que era un poco arriesgado y algo que no se me daba bien -explica a la revista-, así que dudé un poco y luego traté de usar un poco de humor". Según Gates, al final la cosa no funcionó, pero ella le trató "bastante bien" y ambos se hicieron después amigos.
Además de revelar sus experiencias con las drogas, Gates comparte historias de su juventud, como la traumática pérdida de un amigo en un accidente de senderismo y sus luchas con la presión académica. Admite que a menudo era un niño "desafiante", lo que llevó a sus padres a buscar terapia para él al no saber cómo manejar su comportamiento.
En la primera entrega de sus memorias, centrada principalmente en los primeros años que pasó en Seattle, aborda temas como el autismo y los retos a los que se enfrentó durante la infancia. Su éxito en Microsoft, su matrimonio con Melinda Gates o sus actividades filantrópicas aparecerán en los siguientes volúmenes de la trilogía.