Se trata de la italiana Emma Morano, quien atribuyó extensa vida a una curiosa dieta, la genética y no tener pareja.
Cuando Emma Morano cumplió los 117 años de edad en su casa en Verbania, su historia dio la vuelta al mundo y fue consultada por aquellos secretos que habían influido en su impresionante longevidad.
La italiana, que nació en la región de Piamonte el 29 de noviembre de 1899, aseguró que uno de sus hábitos más importantes para tener una vida extensa había sido incluir un alimento específico en su dieta diaria.
Morano, quien en su momento fue considerada la última sobreviviente nacida en el siglo XIX y falleció en 2017, conservó durante gran parte de su vida una curiosa dieta basada en tres huevos al día, incluyendo dos crudos y uno cocido en forma de tortilla.
El hábito partió cuando sufrió una crisis de salud a los 20 años de edad, en plena Primera Guerra Mundial: la diagnosticaron con anemia. Ahí, un médico le recomendó que consumiera huevos crudos.
Ese régimen de los tres huevos diarios lo mantuvo por más de nueve décadas. Sin embargo, en sus últimos años de vida, cambió su dieta a solo dos huevos al día y un par de galletas.
"Como dos huevos al día y ya está. Y galletas. Pero no como mucho porque no tengo dientes", detalló a la agencia AFP.

El médico que la atendió por casi tres décadas, Carlo Brava, aseguró que el caso de Morano era único, considerando que no acostumbraba a incluir alimentos que se recomiendan para tener una vida saludable. "Emma siempre comió muy pocos vegetales y muy poca fruta. Cuando la conocí, comía tres huevos al día, dos crudos por la mañana y luego un omelet al mediodía, y pollo en la cena", detalló el especialista.
Morano también tenía otro secreto importante para vivir más tiempo: beber grappa. Se trata de un licor digestivo que se elabora a partir de orujo de uva y que es muy popular entre los italianos. La misma mujer lo preparaba y lo bebía a cucharadas.
Morano atribuía su longevidad a su dieta, pero también a los genes de su familia. Esto, teniendo en cuenta que su madre vivió hasta los 91 años y algunas de sus hermanas también lograron alcanzar los 100 años o más.