Al menos cuatro soldados de Israel murieron y decenas resultaron heridos en un ataque con drones que realizaron los militantes de Hezbolá.

El episodio se dio durante la noche del domingo 13 de septiembre, en una base militar ubicada en las cercanías de Binyamina, una localidad del territorio israelí.

Según el servicio nacional de emergencias de Israel, Magen David Adom, más de 60 personas en total resultaron heridas con el ataque.

De la misma manera, según precisó el ejército, al menos siete quedaron en estado de gravedad.

Durante la noche del domingo, las fuerzas israelíes también realizaron un ataque que afectó a un campamento para personas desplazadas en Gaza.

Esa ofensiva dejó al menos cuatro fallecidos, según rescató elWall Street Journal.

Estos nuevos episodios se dan en un escenario en el que las tensiones se han incrementado progresivamente en Medio Oriente desde el pasado 7 de octubre de 2023.

En la fecha mencionada, el grupo militante Hamas realizó una ofensiva directa contra Israel, la cual dejó 1.200 muertos y unos 250 rehenes capturados.

Frente a esa situación, el gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu ha respondido con ataques permanentes contra la Franja de Gaza.

La última actualización entregada por las autoridades sanitarias locales detalla que se han registrado cerca de 42.300 fallecidos.

Hasta el momento, a más de un año del estallido de la guerra, el conflicto no da señales de que se concrete la posibilidad de un alto al fuego.

Los ataques cruzados y las amenazas de represalia también se mantienen latentes.

Actualmente, la guerra ha llegado a un punto en el que Israel lleva enfrentamientos con Hamas en Gaza, con Hezbolá en Líbano, con los hutíes en Yemen, con Irán y con milicias chiitas de Siria e Irak.

Dichas partes son miembros del llamado Eje de la Resistencia, una red de milicias comandada por las fuerzas iraníes que tiene como principal objetivo común contrarrestar la influencia israelí y de Estados Unidos en la región.

El pasado 1 de octubre, Irán realizó un ataque contra Israel con alrededor de 180 misiles balísticos, de los cuales gran parte fueron interceptados por sus sistemas de defensa.

Desde Teherán manifestaron que aquello fue una respuesta por las operaciones terrestres que sus tropas iniciaron en Líbano y por el asesinato del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, quien murió a finales de septiembre en un bombardeo sobre posiciones al sur de Beirut.

Tras la ofensiva, el primer ministro Netanyahu prometió un contraataque y enfatizó que "Irán ha cometido un grave error esta noche y pagará por ello".

La ofensiva de Hezbolá contra la base militar de Israel dejó al menos cuatro muertos y más de 60 heridos en total.