Las investigaciones estuvieron a cargo de Gonzalo Marzal, de la Fiscalía de Instrucción N°2, junto con la Unidad Fiscal de Delitos Contra la Integridad Sexual. Además, intervinieron en el caso la Secretaría de Grooming y MASNNA (acrónimo de Material de Abuso Sexual de Niñas, Niños y Adolescentes).

Desde la Justicia explicaron que el grooming es una forma de acoso hacia niños, niñas y adolescentes por parte de adultos, a través de cualquier medio digital que permita la interacción entre dos o más personas. Esto incluye redes sociales, correos electrónicos, mensajes de texto, plataformas de chat y videojuegos en línea, con el objetivo de obtener material de índole sexual.

Cuando el acoso se limita al entorno digital, por ejemplo, mediante el envío de fotos íntimas o la grabación de imágenes a través de una cámara web, "la víctima puede sufrir traumas psicológicos debido a la manipulación y enfrentar consecuencias en su privacidad si el material es difundido".

"Si se llega a concretar un encuentro presencial, el riesgo se amplía a agresiones de carácter físico, que podrían incluir abuso sexual", advirtieron.