En una noche de emociones fuertes en el Omar Higinio Sperdutti, Deportivo Maipú sacó pecho, reaccionó a un baldazo de agua fría inicial y terminó festejando con un contundente 3 a 1 sobre Almagro, por la 4ª fecha de la Zona A de la Primera Nacional. Con este triunfo, el Cruzado mira a todos desde arriba y se sube a la cima con 9 puntos.

La historia arrancó torcida para los de calle Vergara. Apenas habían pasado 38 segundos cuando Patricio Cucchi, un viejo conocido de los hinchas mendocinos, metió un puntazo artero en el primer ataque de Almagro y puso el 1 a 0. Silencio y preocupación en las tribunas.

Con la ventaja, los de José María Bianco armaron una muralla en defensa y obligaron al Botellero a jugar apurado, salteando líneas y abusando del pelotazo. Lo único que funcionaba era la banda derecha, donde Matías Viguet y Luciano Paredes eran dos cuchillos filosos. Sin embargo, a Pío Bonacci no le llegó ni una clara.

Cuando el primer tiempo se iba y la paciencia empezaba a agotarse, apareció el milagro. Gastón Mansilla, desde una distancia que pide permiso para patear, sacó un zapatazo de colección que dejó clavado al arquero y le devolvió el alma al cuerpo a todo Maipú. Golazo, 1 a 1 y borrón y cuenta nueva.

Con el empate, el partido se abrió. Almagro tuvo un par, pero sus delanteros estaban adelantados y el asistente levantó la bandera sin dudar. El Cruzado, en cambio, se animó a jugar un poco más y hasta pudo irse ganando al descanso con otro remate tremendo, esta vez de Bonfigli, que casi clava el segundo.

En el complemento, Viguet siguió encendido y fue el dueño absoluto de la banda derecha. En la primera, a los 2", definió sin fuerza y el arquero respiró aliviado. En la segunda, a los 5", no perdonó: control perfecto, enganche, y comba exquisita al segundo palo. Golazo para enmarcar y explosión en el Sperdutti.

Con el 2 a 1 a favor, Juan Manuel Sara movió el banco y decidió cuidar la ventaja. Sacó delanteros, reforzó el medio y apostó a cerrar el trámite. Pero Almagro no se rindió y cuando parecía que el final pedía calma, Lautaro Gamba cometió un penal tan innecesario como claro sobre Silva, que salía del área sin peligro alguno.

Desde los doce pasos, Marcelo Eggel la cruzó con categoría y selló el 3 a 1 que terminó de liquidar la historia. Fiesta en el Sperdutti, abrazo general y punta asegurada.

Con la confianza por las nubes y el liderazgo en el bolsillo, Maipú ya piensa en su próximo desafío: el sábado 8 de marzo visitará a Ferro, en Caballito, en un duelo de peso por la quinta fecha de esta Primera Nacional que recién empieza, pero ya tiene al Cruzado marcando el ritmo.