El Paso Internacional funcionó toda la noche, pero el tránsito avanzó con extrema lentitud, poniendo a prueba la paciencia de quienes intentaban cruzar. Según cifras oficiales, el viernes se registró la salida de 9.402 personas en vehículos particulares, colectivos y camiones. El sábado, fuentes cercanas señalaron un flujo similar, lo que eleva a unas 20.000 las personas que habrían cruzado de Mendoza a Chile en apenas dos días.

El aumento del movimiento en el Paso se explica por el tipo de cambio favorable para los mendocinos. Durante los últimos meses, los tours de compras y las escapadas de fin de semana han ganado popularidad. Con la llegada de Año Nuevo, las playas chilenas y las ofertas comerciales se convirtieron en una irresistible opción para miles de viajeros.

La Coordinación Argentina del Paso informó que la situación del lado trasandino es crítica: solo están operativas 4 cabinas en la parte alta y 6 en el patio mixto de la planta baja. Esta mañana, no se habilitaron más puntos de atención por falta de personal, aunque se espera que refuerzos lleguen después de las 10.

Ayer, Cristian Aravena, delegado presidencial de la Provincia de Los Andes, admitió que la rotación de personal en los organismos de control estaba complicando aún más el flujo vehicular. Sin embargo, hasta ahora, ese problema sigue sin resolverse.

El panorama es caótico. Las demoras, que en algunos casos superan las 17 horas, están llevando la situación al límite.Aunque durante la noche hubo más cabinas operativas en comparación con la madrugada del sábado, el aumento no fue suficiente. Este domingo, calcular los tiempos de espera se ha vuelto imposible. Desde la salida del Cristo Redentor, el tiempo estimado para llegar a Libertadores y comenzar los trámites ronda las 8 horas, un indicio de que el caos fronterizo no cede.