Este miércoles se presentó en Diputados un proyecto que propone la disolución del EPAS y la transferencia de parte de sus funciones al Departamento General de Irrigación. El objetivo, según indicaron, es "optimizar el servicio de agua".
En las últimas horas, se conoció que el Gobierno provincial ha enviado un nuevo proyecto a la Legislatura que propone la disolución del Ente Provincial del Agua y de Saneamiento (EPAS).
Con esta medida, el organismo dejaría de ejercer funciones de regulación, protección de los derechos de los usuarios y control de los servicios de agua potable y saneamiento. Estas responsabilidades pasarían a estar bajo la órbita del Departamento General de Irrigación, a cargo de Sergio Marinelli.
El proyecto destaca que el Departamento General de Irrigación (DGI) ya participa activamente en la asignación de los recursos hídricos y cuenta con una presencia significativa en el territorio, además de una estructura institucional sólida y un equipo de profesionales capacitados.
La elección del DGI como nuevo ente regulador se justifica por su extensa trayectoria en la gestión de los recursos hídricos y su profundo conocimiento del territorio mendocino, lo que lo posiciona con la capacidad técnica necesaria para enfrentar los desafíos del sector.
Asimismo, la institución cuenta con una red de infraestructura y personal especializado que facilitará la optimización de los procesos y la reducción de costos.
El documento también menciona la necesidad de establecer un nuevo marco normativo para la distribución y asignación de funciones relacionadas con el servicio público de agua potable y saneamiento, teniendo en cuenta la realidad actual del sector y basado en un enfoque integral que contemple las distintas modalidades de prestación de servicios en Mendoza.