Cada 8 de septiembre se recuerda a la Virgen del Carmen de Cuyo, la devoción que inspiró a los soldados de San Martín y su nombramiento como Generala del Ejército de los Andes, un símbolo de fe y libertad en la independencia de América.
Don José de San Martín declaró Generala del Ejército de los Andes a la Virgen del Carmen de Cuyo, a la que entregó su bastón de mando. La corona le fue ofrecida en ceremonia el 8 de septiembre de 1911, fecha que más tarde se decretaría como Fiesta Patronal de la Provincia. En 1950, además, fue honrada como Patrona de la Escuela Primaria y de la educación en sus tres niveles. Más adelante, en 1982, fue declarada Patrona de la 8º Brigada de Montaña.
La devoción por la Virgen del Carmen, que comenzó a difundirse en Europa en el siglo XIII, cruzó el Atlántico y llegó a América en el siglo XVI. Desde entonces, su presencia ha marcado profundamente la espiritualidad de diversas regiones, incluyendo Cuyo, en Argentina, donde su influencia se entrelazó con los momentos más cruciales de la historia nacional.
En Mendoza, ya para el siglo XVIII, se veneraba una imagen de la Virgen del Carmen que había sido donada por don Pedro de Núñez, un caballero destacado por su fortuna y profunda devoción. Esta imagen, que inicialmente se encontraba en el templo de los Padres Jesuitas, fue trasladada en 1776 a la iglesia de San Francisco tras la expulsión de la Orden Jesuita. Desde ese lugar, la Virgen del Carmen se convertiría en un testigo y participante silencioso de uno de los momentos más trascendentales de la historia argentina.
En 1814, el General José de San Martín, con su visión de libertad y soberanía, comenzó a forjar a los pacíficos habitantes de Cuyo en heroicos soldados que integrarían el Ejército de los Andes. Estos hombres, enfrentados a desafíos sin precedentes, necesitaban no solo liderazgo militar sino también espiritual. Fue en ese contexto que San Martín, conocido por su profunda devoción, decidió junto a su Estado Mayor, nombrar a la Virgen del Carmen como la Generala de su ejército.
La elección no fue casual. La devoción a la Virgen del Carmen estaba profundamente arraigada en Cuyo, y casi todos los soldados portaban su escapulario, símbolo de protección y fe. El 5 de enero de 1817, en una brillante ceremonia, San Martín entregó su bastón de mando a la Virgen del Carmen, oficializándola como Generala del Ejército de los Andes. La ceremonia, que incluyó la bendición de la Bandera de los Andes y la saluda de 21 cañonazos, marcó un momento histórico para la región y el país.
Tras sus triunfos, San Martín entregó definitivamente su bastón a la Virgen, dejando un testimonio claro de la fe que lo había guiado: "La protección que ha prestado al Ejército de los Andes su Patrona y Generala la Virgen del Carmen son demasiado visibles.". Hoy en día, tanto el bastón como la carta que dejó San Martín se conservan en el Camarín de la Virgen, en el templo de San Francisco, como testigos de la fe que forjó la libertad.
Este 8 de septiembre, al conmemorar a la Virgen del Carmen de Cuyo, también recordamos su papel fundamental en la historia de nuestra independencia. Su imagen, junto a la Bandera de los Andes y las banderas de Perú y Chile, sigue siendo un símbolo de la unidad y la lucha compartida por la libertad en América Latina.
Fuente: Memorial de la Bandera del Ejército de Los Andes (2014)