El hombre designado viene del armado del Pro, ala de Patricia Bullrich, fue coordinador del equipo de Defensa Nacional de Juntos por el Cambio y subsecretario de Gestión del Riesgo de Desastres
El 23 de diciembre fue el último día en el cargo de SEAM; el uso de acrónimo es un hábito común en el mundo militar; del teniente general retirado Claudio Pasqualini, el primer uniformado que llegó a un lugar destacado en la orgánica de Defensa; la secretaría de Estrategia y Asuntos Militares (SEAM).
Posición de viceministro, el segundo eslabón en la cadena de mando político de Luis Petri. Función clave con responsabilidad en la definición de la política de defensa nacional.
Pasqualini deja la vara alta a su sucesor, el actual Subsecretario de Planeamiento y Coordinación Ejecutiva en Emergencias Marcelo Rozas Garay que es coronel retirado.
Petri mantiene así el paradigma de delegar control político en un uniformado que funge de viceministro con todos los atributos y responsabilidades en ausencia del mandamás de la cartera de Defensa.
Un activo de peso en un ministerio que reformuló el decreto reglamentario N°727/2006 (impulsado por Nilda Garré, restringía el empleo de instrumento militar sólo a agresiones estaduales) y ahora por el decreto 1112/24 se asignaron nuevos roles a las FFAA que exigen formación de estrategia militar al funcionario.
La norma firmada por Javier Milei, Guillermo Francos y Petri dispone que los militares no sólo tienen que empeñarse ante ataques de otros países, sino ante agresiones de organismos paraestatales extranjeros, organizaciones terroristas u organizaciones transnacionales y también en el ciberespacio y el espectro electromagnético.
Se dispuso que las Fuerzas Armadas ayudarán en el sistema de vigilancia y control de fronteras, la protección de "objetivos de valor estratégico", que la norma define como bienes o instalaciones que, en caso de ser dañados o destruidos, provocaría graves perjuicios para el país.
Luis Petri analizaba hace exactamente un mes su suerte de cara a la campaña de medio término donde la Rosada necesita nombres rutilantes en la lista de legisladores. Cuatro colaboradores estrechos entre ellos Claudio Pasqualini escuchaban al ministro.
"Si me voy del ministerio me puede reemplazar un militar en retiro" palabras más o menos dijo Petri y apuntó al actual titular del Estado Mayor Conjunto, brigadier general Xavier Isaac.
Los presentes en la conversación tardaron en reaccionar como si la frase del ministro hubiese salido en cámara lenta.
El propio aludido se estremeció en el sillón ante el ofrecimiento inesperado. No lo era. Fue una reflexión que se escapó del inconsciente al consciente del ministro, trampitas de la mente que busca alivio en la descarga de una idea en barbecho.
Con el estilo atildado que lo caracteriza y firmeza sin estridencias en la palabra, el teniente general retirado Claudio Pasqualini, entonces secretario de Estrategia y Asuntos Militares (SEAM) opinó: "??si esa instancia ocurre mi renuncia queda a disposición"?. Fue el instante de una decisión que luego se acomodó con explicaciones de razones familiares que también son veraces.
Pasqualini mostró a los interlocutores y al propio ministro ciertas reglas no escritas de "ser militar" con la dignidad del uniforme, aunque no se lo vista. Ser rebasado en un cargo o en jerarquía por alguien con menor antigí¼edad implica el paso al costado del sobrepasado.
Una circunstancia semejante ocurre en la Armada, donde el contralmirante Juan Coré ya fue superado en jerarquía por vicealmirantes, pero continúa en la carrera en un puesto importante. Otra astilla se le suma ahora a la denuncia que tiene en la oficina de Género del ministerio por maltrato y abuso de autoridad.
Surgió en una carta documento, antesala de controversia, de la agente civil de inteligencia V.G.N remitida a la Dirección de Inteligencia Naval membretada al capitán de navío (RE) Sergio Dalvit con reclamos que mencionan nuevamente a Coré. í?l la había confirmado como personal de planta a pesar de opiniones en contrario de Recursos Humanos.
La charla de Petri y su staff cercano continuó y derivó hacia el mandato de la política de anteojeras del 70 que aún resiste la posibilidad de que uniformados ocupen puestos de relevancia en la gestión de Defensa.
El designado Rozas Garay viene del armado del Pro, ala de Patricia Bullrich, fue coordinador del equipo de Defensa Nacional de Juntos por el Cambio y subsecretario de Gestión del Riesgo de Desastres del ministerio de Seguridad de la Nación cuando Bullrich fue ministra de Mauricio Macri.
La grilla del ministerio tiene áreas clave que no arrancan y Rozas Garay tendrá que lidiar: la secretaría de Investigación, Política Industrial y Producción para la Defensa que dejó Raúl Marino tras el escandalete de la designación en un cargo jerárquico de Coti Bravi operadora de redes mendocina.
Mario Katzenell acaba de estrenar la silla de Marino justo cuando se cierran los balances del año. Llegó por su perfil de chateador y comentarista de asuntos vinculados a Israel en medios de comunicación y un legajo profesional de licenciado en Ciencia Política y Sociología del Desarrollo además de permanencia en la función pública como académico (profesor).
En 2017 fue Coordinador de la Coordinación de Alta Dirección Pública Nacional de la Dirección Nacional Escuela de Formación Pública dependiente de la Secretaría del Empleo Público.
Otra pata del mismo esquema la dirección nacional de Política Industrial para la Defensa sigue a la deriva luego de la renuncia de Pablo Regazzoni.
Sin brújula en la política de producción dos empresas estratégicas, la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) y Fabricaciones Militares (FM) se mueven en el limbo.
FAdeA con más horizonte busca pasar a la administración de la provincia de Córdoba de la mano de su presidente Fernando Sibilla, ex secretario de Industria de la Docta.
La joya histórica de la industria metal aeronáutica cordobesa tendría un mejor destino en la orgánica provincial, los detractores de esa iniciativa afirman que una planta de desarrollos estratégicos tiene que estar en Nación.
Otra biblioteca muestra el ejemplo de INVAP, es una sociedad del estado.
Uno de los problemas quizá el meollo es la discontinuidad del management político en FAdeA a diferencia de Invap que mantiene una lógica profesional en su dirección.
La planta de aviones ha tenido más de 40 directores y presidentes que rotan con cada cambio de gobierno en tanto que Invap, tuvo solo tres desde su creación, en 1976.