El ex-Boca fue clave en el triunfo por 2-1 de Independiente Rivadavia de Mendoza y tuvo un duelo aparte con los jugadores y los hinchas del Millonario.
Sebastián Villa fue protagonista absoluto de victoria de Independiente Rivadavia contra River por 2 a 1 en Mendoza: el colombiano anotó un gol, una asistencia y realizó un gesto provocador que generó una batalla campal entre los jugadores en el final del partido.
Después del gol que Ezequiel Ham marcó en el minuto 54 del segundo tiempo para darle la victoria al elenco mendocino, Villa corrió desaforado y con sus brazos hizo el gesto como si disparara una ametralladora, apuntando hacia donde estaban ubicados los hinchas de River en el estadio.
Los futbolistas del Millonario intentaron ir a buscarlo, pero el partido siguió por unos segundos más. Cuando el árbitro dio el pitazo final, fueron contra él y todo se descontroló.
El ex Boca se fue protegido hacia el túnel del vestuario, pero ahí lo agarró Gonzalo "Pity" Martínez y le hizo una especie de "tackle".
Dentro del campo de juego, futbolistas, integrantes del cuerpo técnico y colaboradores de ambos equipos protagonizaban una batalla campal que incluyó insultos, corridas, trompadas y patadas. Luego de unos minutos, los ánimos se calmaron y todo pudo controlarse.
Marcelo Gallardo habló en conferencia de los incidentes y el escándalo del final de Independiente Rivadavia vs el Millonario: "Lo que observo es una reacción en caliente a través de un gesto que hace un adversario, termina el partido y nada justifica esas cosas que se dan a veces cuando se está en caliente. Nada justifica tener que recurrir a la violencia más allá de algún accionar de alguien, nada lo justifica", dijo el DT de River.
"Creo que se metió mucha gente, terminó siendo muy confuso todo, todavía no puedo detectar bien que fue lo que pasó, nada lo justifica. Tengo que entender que más allá de un enojo, las pulsaciones a mil, una mala reacción puede llevar a que se genere todo lo que pasó y eso no está bueno, no me gusta, hay que asumir la bronca y guardarse, pasa que a veces las pulsaciones están a mil, a veces uno no se puede controlar y algunas cosas se van de las manos pero repito: nada justifica el comportamiento de todas las personas que estaban adentro. Un acto de violencia no es esa la imagen que tenemos que dar hacia afuera, eso no está bueno", concluyó.