La víctima llegó consciente a la guardia y les contó a los médicos que había prendido fuego una botella con combustible. El director del centro de salud pediátrico Víctor J. Vilela advirtió: "Las heridas son muy difíciles de tratar y el pronóstico no es bueno"
Un niño de 10 años pelea por su vida en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela de Rosario, Santa Fe, tras haber sufrido quemaduras graves en el 90% de su cuerpo. Estaba jugando con sus amigos en la noche del lunes al momento del incidente y por el momento todo apunta a que se trató de un hecho accidental.
El médico amplió: "Lamentablemente, la superficie corporal afectada por el fuego es muy extensa. Estos son los cuadros más difíciles de todos. Al estar quemada la mayor parte del cuerpo se generan descompensaciones del organismo que son muy difíciles de balancear aún con el mejor tratamiento instaurado. El chico tiene un pronóstico muy delicado".
Según las primeras averiguaciones, las quemaduras habrían sido consecuencia de un juego imprudente entre la víctima y sus amigos: "Nos comenta que estaban jugando en la calle con una botella a la que prendieron fuego como una travesura", declaró Casín. El recipiente habría contenido combustible y, una vez que estalló, las llamas alcanzaron al menor, pero no a los chicos que estaban con él.