La disminución en la producción nacional de gas, causada por políticas de congelamiento tarifario, había llevado al país a depender cada vez más de la importación boliviana -de mayor coste-. Ahora, el panorama es más alentador y apuntan a que los volúmenes de suministro de gas local seguirán creciendo.
Cabe mencionar que el próximo jueves 10 de octubre se inaugurará el proyecto de reversión del Gasoducto Norte, una obra financiada con una inversión total de aproximadamente 740 millones de dólares. De esa cifra, 540 millones provinieron de un crédito otorgado por el Banco de Desarrollo para América Latina y el Caribe (CAF).
Esta obra, que cambia el sentido del flujo del gas en el ducto que anteriormente importaba gas de Bolivia, permitirá que el gas producido en Vaca Muerta llegue a las provincias del norte argentino. Desde este mes, los usuarios residenciales, las estaciones de servicio de GNC y las industrias de Córdoba, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Jujuy podrán abastecerse con gas de producción local.
De esta manera, a medida que se expandan las redes de gasoductos, los volúmenes de suministro de gas local seguirán creciendo, .
En el 2024, el precio promedio del gas en Argentina ha sido de 4,77 dólares, con el 90% de este abastecimiento proveniente de la producción local. Para el año 2025, se estima que la reducción de las importaciones, especialmente tras eliminar las compras a Bolivia y mantener el nivel actual de importación de GNL, reduzca el precio promedio del gas a 4,10 dólares por millón de BTU, una disminución del 14% respecto al costo actual.
Por otro lado, mientras Vaca Muerta aumenta su producción, las reservas de gas de Bolivia, que abastecen también a Brasil, han experimentado un notable declive. Esto genera preocupación en el país vecino, donde la generación de energía depende en gran medida de sus centrales hidroeléctricas, las cuales están sujetas a la variabilidad climática.
Cabe recordar que Brasil ya vivió una crisis hídrica en la década de 1990, lo que motivó la construcción de un gasoducto desde Bolivia hasta ciudades como San Pablo y Porto Alegre. Sin embargo, hoy este ducto tiene una capacidad ociosa del 60%, lo que abre la posibilidad de que Argentina exporte su gas a Brasil en el futuro cercano.
Con esta expectativa, el Gobierno habilitó la libre competencia para la exportación de gas, un paso clave para ampliar los mercados a los que se podrá llegar con el gas de Vaca Muerta. De este modo, después de dos décadas de dependencia energética, Argentina está en camino de lograr un cambio significativo en su matriz energética.