El encuentro entre el papa Francisco y el líder piquetero en Roma será el 20 de septiembre, para la celebración de los 10 años del primer Encuentro Mundial de Movimientos Populares.
El dirigente piquetero Juan Grabois participará de un encuentro con el papa Francisco en El Vaticano a fin de mes para celebrar los 10 años del primer Encuentro Mundial de Movimientos Populares, una iniciativa lanzada por el pontífice argentino en el inicio de su papado.
El simposio tendrá lugar el viernes 20 de septiembre, durará cerca de tres horas y participarán referentes sociales de todo el mundo.
Grabois fue invitado por ser uno de los miembros del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, uno de los organismos vaticanos encargados de la organización, indicó el diario La Nación. También asistirán la dirigente social Xaro Castelló, del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos, y el economista brasileño Joao Pedro Stedile.
"Este aniversario es una buena ocasión para reflexionar sobre el recorrido que hemos hecho en este tiempo con compañeros y compañeras de todo el mundo, plantando la bandera de la paz en nuestra Casa Común", sostiene la invitación al encuentro.
Grabois había participado del encuentro inaugural de 2014, y entonces había declarado que "todo trabajador, esté o no esté en el sistema formal del trabajo asalariado, tiene derecho a una remuneración digna, a la seguridad social y a una cobertura jubilatoria".
Francisco participará del encuentro días después de llegar de una gira por Asia Pacífico, la más larga de su papado, que incluye visitas a Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur. El viaje se realiza a partir de la convicción del Papa de reforzar la presencia en Asia para el futuro de la Iglesia y su insistencia en "ir a los márgenes", a la periferia del catolicismo, tal y como lo declaró al inicio de su ciclo.
El papa Francisco pidió a los religiosos de Papúa Nueva Guinea ocuparse de los marginados
Francisco se reunió este sábado con los religiosos y religiosas de Papúa Nueva Guinea, de mayoría cristiana y de los que el 30% son católicos, en el santuario de María Auxiliadora de la capital y los reconfortó ante las dificultades que encuentran: "No están solos", les dijo y los animó a ocuparse de los marginados.
"Estamos aquí y, aun a pesar de los desafíos que no faltan hoy en día, seguimos adelante, sin miedo, sabiendo que no estamos solos, porque es el Señor quien actúa en nosotros y con nosotros", dijo el Papa a los religiosos.
Francisco les pidió que se ocuparan "de las personas de los sectores más desfavorecidos de las poblaciones urbanas, así como a aquellas que viven en las zonas más remotas y abandonadas, donde a menudo falta lo indispensable".
Papúa Nueva Guinea es uno de los países más pobres del mundo y por ello el Papa pidió a los religiosos y misioneros que se dediquen "a las personas marginadas y heridas, tanto moral como físicamente, a causa de los prejuicios y las supersticiones, en ocasiones, hasta el punto de arriesgar la propia vida".