Con las elecciones presidenciales marcando la agenda, el dólar se perfila como una de las grandes incógnitas de 2025 en Argentina. Claves económicas, políticas y proyecciones para los próximos 12 meses.
El dólar ha sido, por décadas, el protagonista indiscutido de la economía argentina, y 2025 promete consolidar este rol. Con las elecciones presidenciales previstas para octubre, el mercado cambiario estará más sensible que nunca a las decisiones políticas y económicas, mientras los argentinos enfrentan un escenario de inflación persistente y desconfianza estructural. ¿Qué esperar del dólar en un año clave para el país?
En 2024, el dólar oficial cerró alrededor de los 700 pesos, mientras que el paralelo o "blue" superó los 1.200 pesos, según datos de mercado. Las proyecciones para 2025 anticipan un dólar oficial que podría alcanzar los 1.200-1.400 pesos hacia finales de año, dependiendo de la capacidad del Banco Central para sostener el tipo de cambio en un entorno de reservas limitadas. Por su parte, el dólar paralelo, termómetro de la economía informal, podría superar los 2.000 pesos si la incertidumbre política y económica se intensifica en los meses previos a las elecciones.
Estos valores responden no solo a factores económicos -como una inflación anual que podría mantenerse por encima del 100%- sino también a las expectativas que generan las elecciones presidenciales. La historia reciente muestra que en años electorales, el dólar suele ser un refugio frente a la volatilidad, exacerbando la presión sobre el mercado cambiario.
En Argentina, la política tiene un peso determinante en el comportamiento del dólar. En 2025, el resultado de las elecciones no solo definirá el rumbo económico del país, sino también las expectativas de corto y mediano plazo en el mercado. Los candidatos ya comienzan a esbozar sus propuestas, con posturas que oscilan entre la continuidad de políticas de control y la implementación de reformas estructurales más agresivas, incluyendo dolarización y ajustes fiscales.
El actual gobierno, que asumió en 2023, enfrenta un desgaste significativo tras dos años marcados por alta inflación y una economía estancada. Este contexto abre la puerta a una oposición que promete cambios profundos, aunque las medidas propuestas podrían generar tensiones iniciales en el mercado si no son bien comunicadas.
El dólar no solo afecta los ahorros de los argentinos, sino también la dinámica de la economía real. Las importaciones, el precio de los alimentos y los insumos básicos dependen en gran medida de la estabilidad cambiaria, algo que históricamente ha sido esquivo en años electorales.
De cara a 2025, empresas y familias buscarán protegerse frente a la incertidumbre. Esto podría traducirse en una mayor dolarización de carteras y una caída en el consumo, lo que a su vez profundizaría la recesión económica que ya atraviesa el país.
Con las elecciones presidenciales como telón de fondo, el dólar será nuevamente el gran protagonista en 2025. Los argentinos, acostumbrados a navegar en escenarios de incertidumbre, estarán atentos no solo a las propuestas de los candidatos, sino también a las políticas económicas que puedan garantizar, o no, un futuro de mayor estabilidad.
* Economista con más de 20 años de experiencia