Cornejo ya tiene algunas figuras en mente. Aunque primero diseñó un perfil de lo que -según su visión- sería el ideal para ocupar el puesto, más allá de los requisitos preestablecidos por la propia Constitución Provincial.
El gobernador tiene una nueva oportunidad de nominar a un miembro del máximo tribunal. Varios afirman que será una mujer, pero no se descartan algunos varones.
Si bien el Gobernador tiene tiempo hasta el 28 de febrero de 2025 para elevar el pliego al Senado del elegido/a, desde el mismo momento que se conoció la dimisión del magistrado de 83 años, comenzó la danza de nombres y especulaciones en torno a la decisión del primer mandatario.
Cornejo ya tiene algunas figuras en mente. Aunque primero diseñó un perfil de lo que -según su visión- sería el ideal para ocupar el puesto, más allá de los requisitos preestablecidos por la propia Constitución Provincial.
No variará mucho de la línea histórica trazada por el radicalismo en los nueve años consecutivos de conducción en Mendoza, a la hora de postular personas para ocupar cargos vacantes en la Justicia. Alguien afín ideológicamente (y -por qué no- políticamente), empapado/a con las reformas judiciales implementadas desde 2015 a esta parte.
"Gente con antecedentes, con profesionalismo, con un currículum intachable, de paso por la Justicia o la academia; o abogados que han hecho carrera en el Estado como funcionarios. Gente con trayectoria, como debe ser en una Suprema Corte", resumió el mandatario.
Sin embargo, no existe una definición respecto a la especialidad de la persona nominada, aunque no vería con malos ojos un/a penalista que haga "equilibrio" entre el "opositor" Omar Palermo y el hoy "librepensador" José Valerio, quien llegó postulado por Cornejo, pero que ha protagonizado varios desencuentros con el oficialismo en el último tiempo.
Pese a que no es condición sine qua non para Cornejo -incluso lo dejó claro en una conferencia este miércoles-, varios en el radicalismo apuestan a que se inclinará por una mujer, que acompañe a la única ministra que hoy tiene la Corte:María Teresa Day.
Bajo ese lineamiento, y los mencionados anteriormente, aparece la primera terna de posibles postulantes: Norma Llatser, Mercedes Rus y Silvina Furlotti. Todas ellas tienen un pasado (o presente, en el caso de la ministra de Seguridad y Justicia) de militancia en el radicalismo.
La primera, jueza de la Segunda Cámara Laboral, preside desde mayo de 2023 la Asociación de Magistrados de Mendoza, cargo que justamente ocupó Furlotti entre 2019 y 2023. Se trata de un puesto con alta carga política, además de los aspectos técnicos. Casualmente, las mismas características que cumple la magistratura suprema.
De corte quizás más "progresista", la jueza de la Segunda Cámara de Apelaciones -especialista en Derecho Civil- ya había sonado para la SCJM en 2020, cuando Jorge Nanclares apuró su salida tras la polémica generada por la equiparación de su secretaria privada como magistrada. Finalmente, el por entonces gobernador Rodolfo Suarez se inclinó por Day, con la fuerte influencia -vale decir- del propio Cornejo.
En cuanto a Rus, como "ventajas" cuenta con la edad y su formación como penalista. El hecho de ser funcionaria del gabinete provincial -si bien no fue un impedimento para Cornejo en el caso Dalmiro Garay- podría jugarle en contra. Figura de extrema confianza del mandatario, también se la anota como una potable sucesora del procurador Alejandro Gullé, cuya jubilación está al caer, aunque ese lugar también está reservado para el subsecretario de Justicia, Marcelo D'Agostino.
Ninguna de ellas tendría inconvenientes para pasar el filtro del Senado, donde el radicalismo tiene mayoría (la repartija es 19/19, pero en caso de empate, desnivela la presidencia, a cargo de Hebe Casado), aunque es previsible que Llatser y Furlotti pasen la votación más "holgadas", ya que su trayectoria está vinculada más con la carrera judicial que la política. Por lo tanto, no sería de extrañar que sumen alguna voluntad de la oposición. El pliego de Rus seguramente generaría más cuestionamientos opositores.
Si, en cambio, Cornejo apostase por un varón, en la lista aparecen el propio D'Agostino y otro hombre de su confianza: el asesor de Gobierno Ricardo Canet, laboralista como Furlotti. Este último está al filo de los condicionamientos constitucionales: la carta magna impide que los nominados superen los 70 años de edad. El representante legal del Ejecutivo provincial tiene 68.