Netanyahu declaró durante su aparición conjunta que Israel aceptaba el marco, que estipula el fin de la guerra, la liberación de los rehenes y un plan de reconstrucción para el devastado enclave. Trump calificó el anuncio como "potencialmente uno de los mejores días en la historia de la civilización".

Hamás ha estado en conversaciones con mediadores regionales de Qatar y Egipto para abordar el plan. Trump habló con el Emir de Qatar a mitad de semana para obtener una actualización sobre las conversaciones.

Funcionarios estadounidenses, informados por socios regionales, sugirieron que los problemas de comunicación con los líderes militares de Hamás en Gaza podrían haber retrasado una respuesta oficial. El contacto esporádico, junto con las divisiones entre los líderes de Hamás con respecto a los elementos del plan, puede haber prolongado la respuesta oficial del grupo. Intentos de alto el fuego anteriores han visto interrupciones en la comunicación entre el ala política de Hamás, con sede en Qatar, y sus líderes militares en Gaza.

Trump, en una publicación en las redes sociales el viernes, pareció impaciente por una respuesta, describiendo los detalles del documento que consideraba "un gran documento para todos", y afirmando que "de una forma u otra, tendremos paz en el Medio Oriente" y que "la violencia y el derramamiento de sangre cesarán", solicitando además que "todos los rehenes sean liberados, incluidos los muertos".

Continuó afirmando que "Se debe llegar a un acuerdo con Hamás antes del domingo a las seis (6) PM, hora de Washington, D.C.", y que "¡Todos los países han firmado! Si este acuerdo de ÚLTIMA OPORTUNIDAD no se alcanza, habrá un infierno que pagar contra Hamás como nunca antes. HABRÁ PAZ EN EL MEDIO ORIENTE, DE UNA FORMA U OTRA".

Trump pidió a "todos los palestinos inocentes" que abandonen las áreas de Gaza asediadas por Israel "para ir a áreas más seguras de Gaza", donde "Todos serán bien atendidos por aquellos que esperan para ayudar". Trump declaró que Hamás tenía "una última oportunidad".

Más tarde el viernes, la Secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo que el mensaje de Trump debe interpretarse como una "línea roja" para Hamás y que "Todo el mundo debería escuchar al Presidente de los Estados Unidos alto y claro... Hamás tiene la oportunidad de aceptar este plan y avanzar pacíficamente y prósperamente en la región, y si no lo hacen, las consecuencias, lamentablemente, serán muy trágicas".

Hamás había expresado dudas sobre algunos aspectos del plan, muchos de los cuales parecían cruzar varias de sus líneas rojas declaradas anteriormente, según las descripciones de funcionarios estadounidenses de las conversaciones con los mediadores.

Los puntos de contención incluyen la exigencia del plan de que el grupo se desarme y destruya sus armas y la formación de una fuerza de paz en Gaza. Los líderes del grupo parecen divididos sobre qué aspectos del plan aceptar y cuáles intentar modificar, señalaron los funcionarios.

Según la propuesta, toda la infraestructura de Hamás, tanto por encima como por debajo del suelo, sería destruida, con la supervisión de observadores independientes, "y no reconstruida".

El plan que Trump reveló exige que Israel libere a 250 prisioneros palestinos con cadena perpetua, así como a 1.700 palestinos detenidos desde el inicio de la guerra, a cambio de que Hamás libere a 48 rehenes, 20 de los cuales se cree que están vivos. Posteriormente, los miembros de Hamás pueden obtener amnistía si se comprometen a la coexistencia pacífica y desarman sus armas.

Israel se retiraría gradualmente de Gaza a medida que una Fuerza Internacional de Estabilización (FIE) temporal, liderada por socios árabes, se haga cargo de la seguridad en el territorio devastado, según el plan. Mientras tanto, un comité palestino, supervisado por un organismo internacional llamado "Junta de Paz", gobernaría Gaza hasta que una Autoridad Palestina reformada esté lista para asumir el control. La propuesta reconoce la aspiración de un estado palestino y busca presentar un "camino creíble hacia la autodeterminación y la creación de un estado palestino".

Diplomáticos actuales y anteriores dijeron a CNN el viernes temprano que es poco probable que Hamás acepte la propuesta sin cambios.

Barbara Leaf, quien se desempeñó como la principal funcionaria del Departamento de Estado para asuntos de Medio Oriente durante la administración Biden, dijo que Hamás "tratará de evadir los problemas relacionados con el desarme, así como la obligación inicial de entregar a todos los rehenes y los restos".

Leaf, quien también se desempeñó como embajadora de Estados Unidos en los Emiratos Árabes Unidos, señaló una división en el liderazgo de Hamás y explicó que "Siempre ha sido excepcionalmente difícil ejercer una presión real sobre Hamás en su conjunto, debido a esta bifurcación, aquellos que están en el subsuelo de Gaza... que sienten que tienen una ventaja sobre los de afuera, quienes, quizás, en estas circunstancias, podrían ser empujados hasta el punto de aceptar estos términos".

"Si están de acuerdo desde afuera, pero no logran que se levante el veto desde adentro, es un dilema para todos".

Aún así, Leaf cree que hay margen para negociar el acuerdo, que carece de varios detalles, lo que podría llevar a Hamás a aceptarlo. Otro diplomático declaró que anticipan que Hamás probablemente responderá positivamente, pero buscará enmiendas a la propuesta.