Detrás de algo tan cotidiano como el timbre de una alarma, existe un universo de efectos sobre nuestra salud física y mental.
Elegir una alarma adecuada, el impacto del sonido en el cuerpo y los efectos del despertar en el día a día son temas que quizás no solemos analizar con profundidad.
El despertar diario, la relación con los ciclos de sueño y los estímulos auditivos a primera hora pueden ser claves para entender cómo comenzamos cada jornada. La ciencia ha demostrado que ciertos sonidos pueden marcar la diferencia entre levantarse con energía o sentirse fatigado durante todo el día.
Levantarse de manera abrupta con un sonido estridente puede alterar nuestro sistema nervioso, aumentando la frecuencia cardíaca y los niveles de cortisol en sangre, según un estudio de Sleep Medicine Reviews. Este estrés inicial no solo dificulta el despertar, sino que también genera sensación de fatiga prolongada.
Por otro lado, sonidos más suaves y melódicos pueden sincronizar mejor con nuestra transición del sueño al estado de vigilia. "Las alarmas armónicas ayudan a reducir el impacto negativo del despertar repentino, favoreciendo una adaptación más natural al día", explica la investigadora Sarah Blunden, experta en cronobiología.
Además, el momento del ciclo de sueño en el que nos despertamos influye enormemente en cómo nos sentimos.Usar alarmas inteligentes, que monitorean los movimientos del cuerpo y ajustan el tiempo de despertar al ciclo más ligero, se ha vuelto una recomendación popular entre los especialistas.
Según un informe de la National Sleep Foundation, cambiar el tipo de alarma puede mejorar el estado de ánimo matutino y potenciar la productividad durante las primeras horas del día.
El uso prolongado de alarmas agresivas puede tener implicaciones a largo plazo en la salud. Expertos del Journal of Clinical Sleep Medicine destacan que los despertares abruptos están vinculados con hipertensión, ansiedad y alteraciones en los ciclos circadianos.
Por otro lado, tecnologías como la "luz de amanecer" han ganado terreno. Estas alarmas lumínicas simulan el amanecer, despertando al cuerpo de forma gradual a través de la percepción visual. Cuando se acompaña de sonidos relajantes, esta técnica es ideal para quienes tienen horarios fijos, aseguran expertos.
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