Si seguimos por este sendero virtuoso, no tardaremos demasiado en salir del cepo al dólar. Mientras tanto, hay perlitas para seguir ganando
Los bonos argentinos vienen de desarrollar una épica suba, los bonos cortos como AL29 y AL30 rinden 13,0% y 13,8% anual, cuando el presidente Javier Milei asumió rendían el 60% anual.
Los bonos más largos como el Al35, AE38 y AL41 rinden el 11,6%, 11,9% y 10,8% anual. Son tasas de retornos que no imaginábamos hace un tiempo.
El 11 de diciembre del año 2023 el riesgo país era de 1.935 puntos, el viernes pasado bajó a 780 puntos, y en el año 2017 en el mejor momento del gobierno de la alianza Cambiemos, en el año 2017, el riesgo país era de 350 puntos.
Una rápida mirada a estos números nos lleva a dos conclusiones:
Resulta llamativo que Argentina tenga un riesgo país que es el doble del riesgo corporativo, cuando lo normal debería ser lo contrario. Los fondos de inversión internacionales descontaban que Argentina tendría que ir a una reestructuración de deuda, el manejo quirúrgico del presupuesto y la sucesión de superávit fiscales acompañado por el crecimiento de reservas y compras del Banco Central, hoy descartan la posibilidad de reestructuración de la deuda pública (podemos ver canjes voluntarios), lo que invita a los fondos internacionales a revertir decisiones y comenzar a invertir de lleno en el país.
En las últimas jornadas hemos visto una fuerte caída del riesgo país, esto estuvo avalado por los dos vetos que el oficialismo logro en el congreso, la negociación con Aerolíneas Argentinas y la frustrada sesión que venía a limitar los Decretos de Necesidad y Urgencia al presidente de la nación. Todo esto estuvo acompañado de la fuerte suba en la imagen presidencial.
En esta semana, la reunión del presidente argentino, con el presidente electo de Estados Unidos, alienta a pensar en un acuerdo bilateral entre ambos países para el año 2025, lo que nos acerca cada vez más a un mayor ingreso de capitales.
El exitoso blanqueo se transformará en mayor actividad económica a corto plazo, esto nos permitirá sobrellevar un verano que parecía complicado, pero que ahora está despejado de nubarrones.
Argentina está mostrando suba de los activos financieros más allá del contexto internacional, esto demuestra que el incremento se da por atributos propios, y no por efecto manada en los mercados mundiales.
En materia de bonos, cuando el Gobierno asumió en diciembre pasado, la curva de rendimientos tenía pendiente negativa, hoy dicha curva se aplanó, y probablemente a futuro se transforma en una curva positiva, lo que implica que estaremos en el punto óptimo de financiarnos en los mercados mundiales, algo que descarta el Gobierno en el año 2025, y dejará espacio para que los privados puedan acceder a los mercados mundiales a tasas más que razonables.
La caída del riesgo país impulsará a las acciones, destacándose las energéticas y bancarias, pero también comienzan a aparecer en el horizonte algunas perlitas ligadas a la construcción y servicios.
El Gobierno piensa que la tasa de inflación seguirá a la baja, eso invita a bajar del 2% al 1% la devaluación del peso, lo que implicara una fuerte baja de la tasa de interés, todo esto es música para los oídos de las acciones de los cuatro sectores mencionados y también para los bonos, especialmente los más largos, como el Al35, AE38 y AL41.
Las empresas, en un entorno de bajas tasas, comenzaron a tener menor rentabilidad, con lo cual deberán escalar el negocio para mantener la ganancia nominal.
Si seguimos por este sendero virtuoso no tardaremos demasiado en salir del cepo, acordar con el FMI, y mejorar la calificación de nuestro mercado, por eso no paran de subir bonos y acciones en el mercado doméstico, algo que venimos advirtiendo hace meses desde esta columna, y confirmamos que el dólar dejo de ser objeto de deseo.
Como lo venimos diciendo desde el verano del año 2023, los dólares alternativos aumentaron un 10% desde que asumió Javier Milei, y la inflación estimada desde diciembre 2023 a noviembre 2024 (estimamos 2,5% para noviembre) se ubica en el 166,2%. Sin palabras.